Ejidatarios Ribereños Pro Cabo Dorado increpan al
enmascarado de plata durante la consulta publica realizada el pasado Jueves 8
de Mayo en San José del Cabo
Viernes 9 de Mayo de 2014
San José del Cabo BCS
En tanto que la lucha por la verdad "salva" a la
realidad de la destrucción, la verdad empeña y compromete la existencia humana.
Es el proyecto esencialmente humano. Si el hombre ha aprendido a ver y saber lo
que realmente es, actuará de acuerdo con la verdad. La epistemología es en sí
misma ética, y la ética es epistemología.
-Herbert Marcuse
condenarro
Para empezar, la epistemología es el estudio del
conocimiento; la rama de la filosofía, cuyo objeto es tal. Por lo tanto, se
ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y
sociológicas que llevan a la obtención del conocimiento, y los criterios por
los cuales se le justifica o invalida, así como la definición clara y precisa
de los conceptos epistémicos más usuales, tales como verdad, objetividad,
realidad o justificación. Sus principales problemas son dos; el general y el
que se refiere a las diferentes ciencias. El verdadero problema es cuando se
confrontan la parte teórica con la experimental. Como en el caso del tema
ecológico. Según la definición del DRAE; ecología. (De eco-1 y -logia). 1. f.
Ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con su
entorno. 2. f. Parte de la sociología que estudia la relación entre los grupos
humanos y su ambiente, tanto físico como social. 3. f. Defensa y protección de
la naturaleza y del medio ambiente.
En el punto de encuentro entre la epistemología de cada una
de las teorías y lo experimental, en el caso, por ejemplo de Cabo Dorado, es
que ambas partes tienen su razón, tanto el inversionista, como los
conservacionistas (ecologistas, ambientalistas, ONG’s, metiches y científicos).
Los conceptos chocan, se crean conflictos de intereses que se transfieren a lo
que se define como Ecología Política. De la Ecología Económica, medio nos
ocupamos en el artículo anterior, y las conjuntaremos en algún otro artículo,
al igual que la Ecología Humana, como conceptos y movimientos sociales.
La economía política se interesa por el homo economicus, el
hombre abstracto dividido en funciones económicas, y por las relaciones de
intercambios sociales. La economía política empieza donde terminan la
cooperación y la reciprocidad. La ecología política sin embargo se interesa por
el homo ecologicus, el hombre concreto inmerso en su medio ecológico, y por las
pequeñas comunidades. Hasta ese punto es donde se desechan la actividad y el
cálculo económico. Desde el punto de vista teórico es la capacidad de todo ser
humano de dar sentido a sus formas de coexistencia y decidir sobre la
organización de los humanos entre ellos y con el medioambiente. En sentido
práctico, es la participación responsable de cada ciudadano y de las
comunidades, en la orientación y realización de una sociedad sustentable.
Problema: organización equitativa y de común acuerdo entre humanos, cuando hay
encuentro de intere$e$.
Ejidatarios Ribereños Pro Cabo Dorado increpan al enmascarado de plata durante la consulta publica realizada el pasado Jueves 8 de Mayo en San José del Cabo
Los Cabos, en lo particular y cortito, ha sido, es y seguirá
siendo no sólo testigo, sino víctima de esta realidad. Sin menospreciar la
inversión privada que ha generado “el progreso económico” de la región, también
es triste la podredumbre de la naturaleza original de la zona. Claro ejemplo
que ya pasa desapercibido, es el paisaje que ofrece el corredor turístico
CSL-SJC o vice versa. Antes veíamos, apreciábamos, disfrutábamos cactáceas,
torotes, choyas, pitahayas y de un azul intenso, cobalto, a un verde esmeralda,
según la temperatura del agua, ballenas entre noviembre y abril, delfines,
mantarrayas, etc., etc., etc., ahora vemos muros simulados con palmas
importadas, trazos de campos de golf y tejas de residencias, ¡ah!,
impresionantes hoteles de lujo.
La ecología es política porque apunta directamente a
resolver en conjuntos los problemas que atañen a la coexistencia. Es política,
en consecuencia, porque supone la participación de todos para resolver estos
problemas. En nuestro caso, la política es ecológica sólo en campañas políticas
y de atracción de inversión que terminará por acabar con la ecología, con la
política y con el futuro económico de la región... todo por servir se acaba y
acaba por no servir, dice el adagio.
En el caso de Cabo Dorado y contando con el estudio que
hicieran los científicos y que presentaron durante el foro sobre dicho
megadesarrollo, esperemos que sirva de algo y no sólo de máscara; la política
ecológica, más no la ecología política, en México no se ha distinguido por
valorar sus riquezas naturales, y sí interpretar el término “recurso”.
Según el DRAE, recurso: (Del lat. recursus): 1. m. Acción y
efecto de recurrir. 2. m. Medio de cualquier clase que, en caso de necesidad,
sirve para conseguir lo que se pretende. 3. m. Vuelta o retorno de algo al
lugar de donde salió. 4. m. Memorial, solicitud, petición por escrito. 5. m.
Der. En los procesos judiciales, petición motivada dirigida a un órgano jurisdiccional
para que dicte una resolución que sustituya a otra que se impugna. 6. m. pl.
Bienes, medios de subsistencia. 7. m. pl. Conjunto de elementos disponibles
para resolver una necesidad o llevar a cabo una empresa. Recursos naturales,
hidráulicos, forestales, económicos, humanos. 8. m. pl. Expedientes, arbitrios
para salir airoso de una empresa.
O bien, más específicamente, recursos naturales, de los que
hay renovables y no renovables, el conflicto existe en no saber distinguirlos,
por lo tanto y por lo mismo, naturalmente se van acabando, mientras, yo me
reitero, naturalmente, como un pobre loco peligrosos irreverente, irrelevante,
irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que la política
ecológica le significa a la ecología política.
“(...) La tierra es un bien irremplazable, un fluido feliz,
un toque absorto. Como una tentación sin precedentes hecha a la vez de ardor y
de renuncia. Una inmersión gustosa, un filtro lento”.
-Juan Gil Albert