Presidente electo Andrés Manuel López obrador.
La Paz, Baja California Sur.
Lunes 17 de Septiembre de 2018.
Héctor Narro.
*El presidente electo vino a agradecer y lo recibió una
exigencia social
*La respuesta: una consulta ciudadana; reacción inmediata:
molestia y duda
*Lecturas inadvertidas al calor de la masa al grito de “¡Ya
decidimos!”
“(...) Son discriminaciones discursivas muy importantes que
tienen implicaciones cruciales, pues describen la realidad y, al hacerlo,
producen también esta realidad social. No se puede separar el poder del
discurso para producir una realidad social, de una parte, del poder del
discurso para describir una realidad existente, de la otra. Ambas cosas suceden
al mismo tiempo”. (Judith Butler)
Lunes 17 de Septiembre en Los Cabos al filo del mediodía y
con varios previos de preparación se conformaba una caravana vehicular que
iniciaría en la glorieta de Fonatur en SJC, pasaría por CSL, estacionamiento de
plaza comercial, pararía en Todos Santos para que se unieran más vehículos;
todos con vehículos y gastos propios e incluso empresarios de varios ramos que
no pudieron asistir pusieron a disposición, de forma gratuita espacios para
quienes no contaran con recursos.
La llegada de la Caravana a La Paz.
Considerable el volumen de la caravana,
tomando en cuenta la lluvia, no tan leve. Las condiciones climáticas nos
atrasaron, pero no detuvieron... a las 4:50 estábamos ya en La Paz, próximos al
lugar del mitin.
El templete dónde se presentaría el presidente electo para
agradecer a los sudcalifornianos su voto, cuantioso en BCS, se ubicó sobre el
Malecón, justo frente donde empieza la calle 16 de septiembre, a espaldas el Quiosco
y la bahía, y El Mogote, innumerables diseños en camisetas, sombreros, mantas,
pancartas, banners en contra de la minería, en contra de Los Cardones, a favor
del agua y la vida, el núcleo de la masa ciudadana rodeaba el templete y una
cuadra aproximadamente hacia cada lado del mismo y media más hacia el primer
cuadro sobre la calle citada. Colores, consignas, caras con la esperanza de que
el presidente electo decretara finalmente el rechazo a la minería metalífera en
BCS, en particular Los Cardones, el riesgo posible inmediato. Las arengas se
animaban desde el templete en tanto otras gritaban el ya clásico “¡Es un honor
estar con obrador!”, más el “¡No a la mina!” apagaba incluso la batucada.
Pancartas a favor y en contra de La Mina.
Tras el protocolario desfile de nombres de morenistas ya en
funciones, como los diputados locales y diputado federal y senador ahí
presentes, presidenta y presidente electos de Los Cabos y La Paz
respectivamente y, claro, no podía faltar: Leonel Cota Montaño, se anunció la
entrada de López Obrador, el griterío subió de tono, la algarabía era ensordecedora,
inició el discurso en medio de un escándalo que provoca la algarabía y el
frenesí ciudadano que no permitía escucharlo.
Al comprender que era inútil un discurso ya ensayado, AMLO dijo en
respuesta al reclamo popular: “Lo de las minas lo vamos a definir con una
consulta, no hay que tenerle miedo al pueblo, la gente sabe, la vamos hacer en
éstos dos meses y medio para que ya llegando al poder, sepamos que hacer...
Será el pueblo sudcaliforniano quien decida”. La respuesta no se hizo esperar,
vaya, antes que terminara el párrafo ya la multitud gritaba: “No a la mina”,
“no consulta, ya decidimos”, “comprométete”. Intentó seguir con su discurso
sobre los programas sociales de empleo, becas, capacitación, adultos mayores...
Nada callaba el furor y molestia popular. Todos esperábamos un rechazo rotundo
y categórico a Los Cardones. Termino su discurso inconcluso y se retiró. Dejó
el bitachero alborotado. El cierre del discurso deja más de una lectura: “No es
ni a gritos ni sombrerazos como se resuelven las cosas; es preguntando
ciudadano por ciudadano que opina y en la democracia es la mayoría la que
decide, la que manda. ¿Saben cómo se llama ésto?, se llama democracia
participativa, saludo y se retiró entre reclamos, protestas y el descontrol
porque nadie escuchó ni el qué ni el como quería escuchar.
John Moreno, activista y defensor de derechos humanos.
Por cierto hubo un intento, o remedo de revuelo creado por
un pequeño grupo pagado para “descontrolar” el mitin; de acuerdo a fuentes de
activistas y periodistas que cubrían la nota, éstos “alborotadores promina”
recibieron mil pesos cada uno y de propina se llevaron unos zapes.
La reacción inmediata fue el extrañamiento de la postura del
presidente electo que no dio más explicación ni comentario. Dejó el cascabel
colgado en la cola del león popular. Críticas, declaraciones gritos y
sombrerazos por doquier. Obvio, los promineros aprovecharon la confusión para
acrecentarla con declaraciones cargadas de mala información, falaz claro, en
torno a que con eso ya les daría en sí a Los Cardones. Nada más lejos de la
realidad.
Por otra parte, miembros de una Asociación Civil, SOMOS,
tuvieron oportunidad de hablar con AMLO a la entrada de su hotel tras el mitin.
Lo que el presidente electo les dijo que se sentía un tanto incómodo porque
sintió que la ciudadanía no confiaba en él, los conminó a invitar a toda la
sociedad civil organizada e independiente a sumarse, a involucrarse en todo el
proceso de la consulta, a crear esa democracia participativa y recalcó que sabe
en carne propia lo que son las campañas mediáticas y los poderes fácticos, y
que no hay que temerles.
Niños, Jóvenes y adultos dicen ¡No
a la mina!
Con ésta salida, inteligente desde la perspectiva del
suscrito y otros activistas, analistas y académicos, y que en lugar de verse
como un retroceso y un posible arreglo en lo oscurito, se abre como un abanico
de posibilidades para que la fuerza, el músculo ciudadano que hemos demostrado
se fortalezca y tome el papel de mandante que le corresponde en una democracia,
sólo nos falta organizarnos en tal sentido. En tanto sucede, me despido no sin
antes agradecer el regreso de Tierra Pericue y el espacio que me otorgan así,
me retiro como es costumbre, un simple y pobre loco peligroso irreverente,
irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que
negar una consulta sin preguntar porqué...
“Lo que uno hace una vez, quiere hacerlo de nuevo, y las
cosas que se han probado dos veces, exigen una tercera”. (Natsume Soseki)