El animal espectáculo de la explotación de animales

San José del Cabo BCS
20 de Agosto de 2015
Héctor Narro

*La Ley General de Vida Silvestre prohíbe sólo a circos itinerantes el uso de mamíferos marinos

*Delfinarios y acuarios, más complicado que simplemente erradicarlos; entrenamiento mediante condicionamiento operante

“La brutalidad contra un animal es crueldad hacia la humanidad, lo único que cambia es la víctima”. (Alphonse De Lamartine)

Condenarro

*Antes de iniciar quiero dejar en claro que mi postura personal va en contra del uso, abuso y explotación de cualesquier especie viviente con sólo motivos económicos y de divertimento humano, más es preciso ser claros y fríos en algunos aspectos, sobre una realidad ya existente en algunos casos.

Es un hecho que al través de la historia, los animales han sido sometidos para su uso, explotación y goce del ser humano, sea para trabajos pesados, para acompañamiento, léase mascotas, para diversión y/o entretenimiento, en éste último, lucrando con su esclavitud, fuera de su hábitat natural. En las últimas décadas se ha dado un movimiento social en contra de la práctica en el uso y explotación de animales, cuyas especies no son domésticas y que brindan pingües ganancias a circos, corridas de toros, peleas de gallos, espectáculos en acuarios (delfinarios), y otras ilegales como las “topas”, o peleas de perros, logrando en algunos países su prohibición, y en entidades federativas en México, y su prohibición, mediante la Ley General de Vida Silvestre en los casos de animales silvestres y mamíferos marinos en circos itinerantes.

En Los Cabos se ubican dos delfinarios que se dedican a la atracción de turismo con el espectáculo de éstos mamíferos marinos, que han sido catalogados, junto con las ballenas y las orcas, como los mamíferos de mayor inteligencia después del humano. No obstante aluden contar con un sistema de entrenamiento lejano a cualesquier práctica de crueldad, con atención médica constante y alimentación de la más alta calidad, los mamíferos no dejan de estar fuera de su hábitat natural, aun cuando éstos hayan sido procreados en cautiverio. Sobre lo cual abundaré más adelante.

Existen en la red infinidad de documentales, videos, testimonios del maltrato que sufren los animales que son “entrenados” para el divertimento humano, sin embargo y aun cuando el rechazo social a dichas prácticas crece, es tiempo que en sólo algunos países se ha iniciado a legislar al respecto y en México son pocas las entidades que ya trabajan e incluso han prohibido el uso de animales en circos. La Federación por su parte, en las modificaciones al art. 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) prohíbe el uso de mamíferos marinos en circos itinerantes; ambulantes, que viajan de un lugar a otro: “Queda prohibida la utilización de ejemplares de mamíferos marinos en espectáculos itinerantes”. (DOF 26-I-2015)


Dentro del mismo tenor, más refiriéndose a animales de vida silvestre, es decir terrestre, la misma ley destaca en su Art. 78: “Queda prohibido el uso de ejemplares de vida silvestre en circos”. (Último párrafo DOF 9-I-2015) en el mismo tenor y de acuerdo al Art. 3; Frac XLIX define Vida Silvestre: Los organismos que subsisten sujetos a los procesos de evolución natural y que se desarrollan libremente en su hábitat, incluyendo sus poblaciones menores e individuos que se encuentran bajo el control del hombre, así como los ferales. (DOF 5-XI-2011)

Finalmente, para salir del marco legal, se destaca en torno al entrenamiento de estas especies en el Artículo 34: Durante el entrenamiento de ejemplares de la fauna silvestre se deberá evitar o disminuir la tensión, sufrimiento, traumatismo y dolor de los mismos, a través de métodos e instrumentos de entrenamiento que sean adecuados para ese efecto.

Retomando el tema de los acuarios con espectáculo o delfinarios, como se clasifican estos establecimientos en diversos destinos turísticos de playa en México, entre ellos Los Cabos, con dos prestadores de servicios turísticos en ese ramo, con espectáculo de delfines, que si bien representa una fuente de empleos, esta no se resume a dicha actividad, pues ofrecen otras alternativas y atractivos propios del destino como paseos de avistación de ballenas, práctica de snorkel, paseos al atardecer, actividades de montaña como caminata, tirolesas, ciclismo, paseo en ATVs, en camellos y miniautos todo terreno. No obstante se ha prohibido el uso de animales de la vida silvestre en circos, los mamíferos marinos sólo quedan protegidos de los circos itinerantes. En este renglón, que abundaremos más adelante, es importante analizarlo desde diversas aristas. No obstante, de acuerdo a una Norma Oficial Mexicana, la captura de todo mamífero marino en aguas territoriales está prohibida de manera indefinida; NOM-059-SEMARNAT-2010. En este contexto, los ejemplares que fueron capturadas antes de dicha NOM, quedan exentas, pues ninguna ley puede ser retroactiva, de forma tal que los delfinarios que trabajan hoy día, lo hacen con especies capturadas con anterioridad o procreadas en cautiverio. Pues es penada no su captura, sino también su comercialización, donación o regalo.

En tal sentido, el entrenador del delfín que se hiciera internacionalmente famoso en las décadas de los 50 y 60, con la serie Fliper, Ric O’Barry, una vez terminadas las filmaciones de dicha serie, que estuvo en el aire por varias décadas en todo el mundo, decidió, al entrar en razón de la crueldad que representa para los delfines y cualesquier mamífero marino, al morir uno de los delfines que entrenaba en sus brazos, tras haber sufrido un ataque en un tanque de acero. El sacar al animal de su hábitat natural y someterlo a entrenamientos para exclusivo divertimento del humano ya se contrapone al Art. 32 mencionado. Él mismo, O’Barry, se convirtió en un férrero activista para erradicar el cautiverio de mamíferos marinos e iniciar una protesta mundial en el asesinato en masa de miles de delfines que anualmente se realiza en Japón. El logro que ha obtenido en los últimos 50 años ha rendido frutos, pues varios establecimientos donde se ofrecía el espectáculo de delfines, orcas y leones marinos han sido cerrados en algunos países. Ha señalado el mismo O’Barry, que en muchos casos los animales han vivido todo el tiempo en cautiverio, por ello no es conveniente soltarlos en Océanos o mares, pues toda su vida han dependido de cubrir sus necesidades alimenticias por el humano, sin embargo, no son animales que tengan una vida plena en espacios reducidos, por mucha atención, cuidados y alimento de calidad, de una u otra forma, son esclavos.


Por otra parte, y sin justificar el espectáculo con delfines o cualesquier otra especie de mamífero marino, el entrenamiento que estos reciben se denomina, “condicionamiento operante”, el cual se refiere al aprendizaje de efectuar instrucciones mediante el sistema de estímulos, técnica utilizada por algunos entrenadores de perros y otros animales, erradicando el típico premio o castigo, mediante prácticas de crueldad. En este método, el castigo es no recibir el premio. Este tipo de entrenamiento se utilizó en tiempos medievales para el entrenamiento de aves de caza, las cuales eran liberadas para la cacería y era el ave la que decidía si regresaba o no. Desde la óptica del empresario, refiriéndose exclusivamente a los delfinarios y 7o espectáculos con mamíferos marinos, estos deben ser muy bien alimentados y atendidos médicamente, más en México, pues el mercado negro se ha erradicado por las fuertes sanciones, de tal forma, que los delfinarios que operan en México procrean en sus instalaciones. Por otra parte, no les es conveniente tener un mantenimiento y atención mediocre, pues un animal enfermo o de mal humor, o hambriento representa pérdidas económicas superiores a un simple día sin espectáculo, pues medicamentos y veterinarios son muy costosos. Si bien los delfines son muy sociables, también son animales de carácter fuerte, y cuando no están d humor no trabajan o pueden ser agresivos incluso con sus entrenadores. En los períodos de embarazo no se puede trabajar con las hembras por las mismas razones.

La otra opción que se tiene, al menos en México, es la que propone el mismo  O`Barry, encerrarlos en un santuario, esterilizándolos a todos hasta que llegue su muerte, o bien, soltarlos a mar abierto y queden como parte de la cadena alimenticia sin herramientas y/o conocimientos para subsistir en libertad. La tercera opción es dejarlos operar como lo hacen actualmente bajo estricta supervisión médica, de sanidad y alimenticia, manteniendo así una fuente importante de empleos y atractivo turístico, contando con instalaciones adecuadas, considerando su reclusión, con agua limpia y la salinidad que precisan, una alimentación de calidad estimada en aproximadamente 20Kg de pescado al día, balanceados con sus premios durante los entrenamientos, pues un delfín hambreado no tendrá fuerza y uno gordo estará falto de condición. El delfinario que se ubica en la marina, tiene sus riesgos, pues aun cuando el agua es marina y con corriente, no deja de estar sujeto a la contaminación propia de la marina turística. Es importante señalar que la gran mayoría de estos mamíferos fueron capturados a muy temprana edad, sea por enfermedad, heridas o para su venta antes de 2010, por lo cual su manutención, alimento y salud es dependiente del humano.

Con lo anterior, su servidor se reitera y fortalece como un simple y ordinario pobre loco peligroso, irreverente, irrelevante, irremediable, irresistible y real prófugo de la injusticia que le representa al delfín silvestre un buen salmón congelado sobre un banco de sardinas en el Pacífico...

“Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias, pues su brutalidad sobrepasa a la de aquellas. Vivimos por la muerte de otros ¡Todos somos cementerios!” (Leonardo Da Vinci).

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