El único arrecife de coral del Pacífico oriental está en riesgo por el proyecto turístico Cabo Cortés, de 30 mil habitaciones
Por Gladys Rodríguez Navarro
Revista Ejecutivos
El Parque Nacional Marino Cabo Pulmo contiene el arrecife de coral más grande del Golfo de California y podría tratarse del más antiguo del Pacífico. Protegido desde hace 15 años por un centenar de habitantes de la localidad del mismo nombre, ha conseguido recuperarse de la sobrepesca y consolidarse como ejemplo de conservación e integración comunitaria.
No obstante, Cabo Pulmo se encuentra en riesgo. Así lo refieren especialistas, organizaciones civiles y los propios habitantes del lugar, quienes abandonaron las redes para dedicarse a actividades turísticas y a la fecha reprochan a las autoridades y empresarios las pretensiones de construir un megadesarrollo muy cerca de su comunidad y del arrecife.
Junto al arrecife la empresa española Hansa Urbana busca construir un complejo turístico de 3 mil 800 hectáreas con el triple de la capacidad hotelera de Los Cabos, de alrededor de 11 mil cuartos de hotel. El proyecto denominado Cabo Cortés tiene previsto construir al menos 30 mil habitaciones, dos campos de golf y una marina para 490 naves.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó a inicios de este año una autorización parcial al proyecto, pero mandó a realizar estudios para garantizar que no se afectará al ecosistema de Cabo Pulmo. Sin embargo, científicos y lugareños criticaron la actuación de la dependencia y argumentaron que el proyecto, por su magnitud, no podrá garantizar que no se afectará al ecosistema.
El investigador Héctor Reyes Bonilla, especialista en arrecifes coralinos, reconoció que la recuperación del arrecife se debe en buena parte “a muchos años de esfuerzo de la comunidad para su protección”, y advirtió sobre las amenazas al ecosistema con la construcción y operación de grandes desarrollos.
El experto precisó que poco se habla de la pérdida de sedimento que resultará de los inevitables dragados de la entrada de la marina, a la cual, de manera natural, regresan para formar las playas de la parte norte del parque, pero si son arrojados lejos de la costa eventualmente traerá problemas como la pérdida de playas. “Una situación similar a lo que sucedió en Cancún hace varios años”, indicó.
Pero explicó que el principal peligro es el crecimiento poblacional que traería a la zona y, por lo tanto, la presión en los servicios del arrecife, contrario a las condiciones actuales del parque, donde apenas radican más de 100 personas, quienes se dedican a actividades de bajo impacto, sobre todo al ecoturismo.
De acuerdo con proyecciones de Greenpeace y otras organizaciones civiles, al menos se ocuparían 5 mil casas para los trabajadores requeridos en la obra y para el manejo del complejo turístico que prevé la construcción de un aeropuerto privado y otras infraestructuras de apoyo.
Riesgoso megaproyecto
“Cabo Cortés supone en la práctica la construcción de una ciudad que duplica la población del núcleo urbano importante más cercano, Los Cabos, al prever infraestructura para más de 60 mil personas que pueden alojarse en sus hoteles, alquilar o comprar viviendas”, consideró Greenpeace.
El rechazo al proyecto se ha incrementado respaldado por científicos de centros de investigación reconocidos en México, Estados Unidos, Canadá y Costa Rica, entre otros.
El director del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California, Exequiel Ezcurra, férreo crítico del proyecto, dijo que la empresa presentó una serie de argumentos equivocados sobre datos técnicos y criticó que no se haya escuchado la opinión de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que en 2009 emitió un dictamen negativo sobre el proyecto.
En el pasado mes de junio, Ezcurra y una veintena de científicos reconocidos firmaron una carta dirigida a la UNESCO para que interceda ante el gobierno mexicano y se rechace el complejo turístico, al considerar que puede causar un “daño irreversible” al arrecife del Parque Nacional Cabo Pulmo.
El asunto llegó en septiembre al Senado de la República, el cual exhortó a la Secretaría de la Función Pública a realizar investigaciones sobre autorizaciones que otorgó la Semarnat a Cabo Cortés.
Hace unos días, una misión de la UNESCO visitó Baja California Sur y se reunió con los involucrados en el problema para escuchar los diversos planteamientos y emitir conclusiones o recomendaciones.
Habitantes de Cabo Pulmo y organizaciones ambientalistas solicitaron la inclusión de esta reserva marina en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro y en el registro Montreux bajo la Convención Ramsar, como humedal en peligro.
De acuerdo con el investigador Octavio Aburto Oropeza, del Instituto de Oceanografía Scripps en California, el número de especies en el Parque Nacional Cabo Pulmo se ha duplicado a partir del decreto de su protección en 1995. La cantidad de peces y talla se ha incrementado hasta en 400%.
“La productividad biológica en los arrecifes de Cabo Pulmo es cinco veces mayor que el promedio de los arrecifes del Golfo de California y que cualquier arrecife en México”, expresó.
Ello ha sido resultado de la protección total del Parque Nacional Cabo Pulmo, ya que los habitantes han sacrificado su estilo de vida desde hace 16 años cuando dejaron sus redes para dedicarse a cuidar el arrecife, agregó Aburto Oropeza.